Al principio ella apareció, con unos rasgos, una melena. Fue cruzando por mis ideas hasta que la situé en una habitación con una taza de té. Después la puse a trabajar en un poeamario. A partir de aquí, me limité a seguirla, sobre todo en sus pensamientos.

A él lo posicioné en un coche atravesando la ciudad en hora punta, con su bloqueo emocional y sus migrañas. Buscando música para desconectar, leyendo un whatsapp de su amada Marianne.

También llegaron los otros, los que pueblan cada día nuestra vida y nos impiden vivir en nuestro más secreto ensimismamiento, pero también nosotros seremos invasores de otras vidas.

La novela avanza entre realidad, recuerdos y sueños. Idas de unos que a veces nos muestran su alma y venidas de otros que nos la ocultan. Trata el amor y la muerte de manera sencilla, sin mensajes...

45º tiene fragmentos poderosos y poéticos en los que podremos descansar de la densidad. O no, quizá sean estos los que aceleren nuestro ritmo.