Un intento de suicidio que supone el punto de partida; la violencia de género como telón de fondo; tres mujeres en plena mutación dispuestas a aceptar su sombra. Con este triple planteamiento arranca El club de las mujeres mutantes, una novela que habla de lo que está por debajo de la superficie en el día a día y de las contradicciones en las que vivimos inmersos.

Abrumada por la culpabilidad, la doctora Nieves Estés, una médico naturópata que ha perdido la vocación, se obsesiona con una paciente a la que ha sido incapaz de ayudar. A partir de ahí somos testigos de cómo cuestiona prácticamente toda su vida, a la vez que conocemos a las otras dos protagonistas. La profesora de secundaria Mónica Vega perdona infidelidades y consiente el brutal acoso de un alumno adolescente porque se ha marcado un gran reto: encajar sus deseos secretos en su rutinaria vida. Por su parte, Noa Medem es una "camarera por casualidad", tiene dos hijos, dos trabajos y un juicio pendiente por varios delitos.

Ellas vertebran este relato de superación personal, emocionando y manteniendo en suspenso al lector guiado por sus experiencias y recuerdos, pero sobre todo por sus errores y sus pasiones. Son tres mujeres con agallas que siguen adelante tanto si se sienten fuertes como si no, hasta que al finalizar la lectura las reconozcamos apenas. Entonces caminarán precedidas de su poder. Entonces quizá nos preguntemos si nosotros mismos somos también mutantes, o si en algún momento de nuestra vida hemos pertenecido al club.